A la mañana siguiente el despertador de las chicas suena y Marina le pega un golpe con el brazo, pero Sara ya se ha levantado y la obliga a ella. Se ponen el uniforme escolar (Uniforme) y bajan a bajo donde están Niall y Liam.
- ¿Como habeis entrado? - pregunta Sara.
- Bueno... - dice Liam.
- Os habiais dejado la ventana abierta.... - dice Niall.
- ¡¿Habéis entrado por la ventana?! - pregunta Marina sorprendida.
- Os enfadaríais si os dijéramos que si.
- ¿Enfadarnos? - dice Marina – ¡Es alucinante!- ¿Ya te encuentras mejor? - pregunta Niall.
- Mucho mejor.
- Chicos no quiero alarmaros pero quedan quince minutos – dice Sara.
- ¡Pero no he desayunado!
- Muy lenta – dice Sara riendo.
Los cuatro salen por la puerta y cogen un coche negro. Bastante discreto para no llamar demasiado la atención. Al llegar y nada más posar un pie en el instituto, una chica empieza a gritar.
- ¡One Dream y One Direction!
- Corred – les dicen Marina y Sara a sus amigos.
Estos no se lo piensan dos veces y empiezan a correr hasta el coche, el cual arrancan y desaparecen.
- Chicas lo sentimos pero llegamos tarde a clase – se disculpa Sara y se aleja de allí, pero se para en seco al ver que Marina no la sigue - ¡Marina las clases! - ordena Sara.
- Bueno tranquila mamá que estaba con esos fans tan simpáticos.
- Venga entra en clase. Tenemos álgebra.
- ¡Álgebra!
Allí aparece un señor de aspecto desgastado. Unos sesenta años, con el pelo blanco. Marina y Sara se fijan en que tiene un bigote de tamaño industrial.
-Hola soy el señor Scottland. Vamos a pasar lista.
Empieza a pasar lista, y Marina y Sara se sientan juntas. Empieza ha hablar y hablar y Sara toma apuntes mientras que Marina se pone ha hablar por el Whatsaap.
- Señorita Rubio, ¿está usted con el móvil? - dice el profesor.
- Si. ¿Algún problema? Es que es interesante lo que me están diciendo.
- Está usted en clase. ¡No puede estar con el móvil!
- Mire me – le contesta Marina enseñándole el móvil, en el que se ve claramente la conversación que está teniendo por Whatsaap – Oye usted, no es por ser borde, pero... ¿cuantos años tiene? ¿Setena? ¿Ochenta? No espera, cien a que si.
- ¡Fuera de mi clase! ¡Castigada esta tarde! De cinco a ocho de la noche.
- Eh baje esos humos Míster Bigotudo.
- ¡Se acabó! De cinco a nueve de la noche. Al despacho de la directora.
- Vale.
- Espere. No me fío de usted – dice el señor Scottland – Entonces ve pasar por ahí a un conserje que no había visto nunca, pero le da igual – Usted – el conserje se gira – Lleve a esta señorita al despacho de la directora.
El conserje asiente y se lleva a Marina del brazo. Están a punto de llegar al despacho de la directora, pero el conserje la mete dentro de un armario.
Marina intenta resistirse pero el conserje es muy fuerte. Intenta salir pero este se pone delante de la puerta impidiéndole el paso. Al final Marina cansada de resistirse pregunta:
- ¿Que hace?
- Hola Marina – esa voz la reconoce de inmediato. Aquella voz que una vez fue la única que ella escuchaba. Aquella que de una vez se enamoró.
- ¿Sergio? - pregunta ella.
El supuesto conserje empieza a quitarse el pelo falso y la barba. En ello aparece el rostro de un chico guapísimo. Pelo negro, ojos azules, alto y delgado y fuerte.
- ¿Que estas haciendo aquí? Alejate de mi – le dice Marina.
- He venido a pedirte perdón Marina. En estos dos años, no ha habido una noche en la que no haya pensado en ti. En lo que pasó.
- Fue tu culpa. Estábamos en la fiesta y te pillé besando a otra chica.
- Lo sé, y lo siento, pero de verdad, Marina te necesito – entonces saca varios papeles de sus bolsillos y se los tiende a ella – Son las notas de los últimos dos años. Miralas.
- Suspenso, suspenso, suspenso, suspenso, suspenso, suspenso – Marina abre los ojos como platos y sigue con las otras cinco ojos – suspenso, suficiente, suspenso, suspenso, suficiente, suficiente, suspenso, suspenso.
Al acabar todas las hojas Marina está impresionada. Ha repetido dos años el mismo curso. El ahora tendría que acabar la universidad, sin embargo en septiembre va ha empezar cuarto en el instituto.
- No lo entiendo – dice ella – Eras un estudiante de sobresaliente.
- No podía concentrarme. Pensaba en ti a todas horas... Estoy muy arrepentido. Si me das otra oportunidad te juro que nunca te haré lo mismo.
- Si – dice ella.
- Genial – entonces se acerca a ella y le da un beso. - Ahora deberías ir al despacho de la directora.
- Por favor. Lo tengo controlado – le tiende un papel a Sergio.
- Yo la directora de este colegio prohíbo al profesor Scottland a castigar a la señorita Marina Rubio ningún día del curso – lee Sergio. - Eres increíble. Tan rápido te has aprendido la firma de la directora.
- Soy lista eso es todo. Ademas hay que conocer al enemigo. Bueno ahora me vuelvo a clase. Luego nos vemos. Esta tarde voy a quedar con un amigo, pero quedamos mañana ¿vale?
- Perfecto.
Se despide de Sergio y vuelve a su clase. Le entrega la nota al profesor y se vuelve a sentar. Las horas pasan muy lentas y en una clase hasta se queda dormida.
A las cinco de la tarde se encuentra con Álex en la puerta.
- Hey Álex. ¿Que hay?
- No mucho. Me mudo a Nueva York y no podemos quedar. Tengo que hacer la maleta. Mi avión sale a las nueve de la noche.
- Bueno nos intercambiamos los móviles y ya hablaremos, ¿si?
- Por supuesto.
Se intercambian los móviles y entonces Marina y Sara empiezan a caminar hasta casa de Marina, cuando a ella se le viene una cosa a la cabeza.
- Me he encontrado a Sergio – Sara para de golpe y mira a su amiga porque ve por que camino - Hemos vuelto.
- Muy bien.
- No me vas a reñir ni a advertir – dice Marina.
- No. Es tu vida. Si quieres salir con el chico que te engañó por mi perfecto.
En ese momento se escuchan unas voces. Las dos amigas se giran y ven a todos sus amigos. Zayn, Lily, Louis, Julia, Liam, Niall y Harry.