XXVI Andrea

Detrás de la puerta aparece una mujer de veintiocho años o treinta. Morena, con el pelo castaño oscuro, ojos negros y piel bastante pálida. Va vestida con un conjunto muy mono, parecido a los que lleva Sara. (Conjunto) Marina mira a Sara, pero está se ha quedado completamente callada. Está muy pálida y tiene los ojos abiertos como platos. Parece que no sea capaz de hablar.

- ¿Hola? ¿Tu eres?

- Lo importante no es quien soy yo sino ¿donde está? Es decir, ¿donde está Víctor?

- Yo... No lo se – dice Sara.

Entonces la mujer coge a Sara por el cuello de la ropa y la empotra contra la pared. Marina se acerca a ella pero la mujer le enseña un cuchillo y ella se queda quieta.

- Te lo repetiré por última vez Sara. ¿Donde está Víctor?

- No se de que me estás hablando Andrea. No se nada de el des de hace cuatro años.

- Mientes. Te lo noto el la mirada. Des de pequeña te he tratado como una hija más y así es como tu me lo estas pagando.

- ¡Yo no se nada! Y nunca me has tratado como una hija.

- Estoy llegando a mi límite Sara. Sabes que no quiero matarte, pero si tengo que hacerlo lo haré. ¡¿Donde está?!

- No lo sé - grita desesperada

- Sara, o me dice quien es... O tu amiga sufrirá bastante.

- No te atrevas a tocarla.

- ¡Pues dime donde está!

- ¡No lo se!

- A mi no me levantes la voz Sara Boorks. Esto es el límite. Di adiós a todo lo que conoces. Primero tu, luego tu amiga y he oído que tus padres han vuelto de su viaje, pero no se esperan encontrarme.

- Creí que estabas en la cárcel.

- Tu bien lo has dicho. Estaba... He vuelto para recuperar lo que me pertenece.

- A ti no te pertenece nada. Todos los días de nuestra vida, toda tu familia a tenido miedo de que vuelvas porque ¡para ellos estás muerta!

En ese momento se oyen los ruidos de los coches de la policía, y instantáneamente Andrea suelta a Sara que cae al suelo y se da un golpe de culo y empieza a correr hasta desaparecer calle a bajo. Marina ayuda a Sara a levantarse.

- Haber, ¿que ha sido eso?

- ¿Te acuerdas de Víctor?

- ¿El de las pizzas? - pregunta Marina.

- No, el de los bombones – dice Sara con ironía – Esa es su madre.

- Su, su, su madre – dice Marina sin creérselo – Entonces si es su madre significa que... ¡Es tu prima!

- Exacto. Es muy rara. Un día secuestró a su hijo. Se lo llevó, y sabes donde lo retuvo, en un bosque. Un mes entero. En una casa pequeña que tiene en el bosque donde iremos hoy.

- Haber deja que recapacite todo lo que ha pasado – pero no puede pensar nada más, porque en ese momento llegan todos los chicos y las hacen subir al coche – Tu y yo tenemos una conversación pendiente – le dice Marina a Sara, pero esta solo asiente.

- Sara, ¿estas bien? Estas pálida – le dice Liam. Sara se lleva una mano a la cabeza.

- ¡Pálida! ¿Alguien te ha hecho algo? Como sea un chico te juro que lo mato. No será Dani, ¿verdad? Por que coge a ese niño por los pelos y no se que le hago – empieza Louis.

- Louis tranquilo – le dice Sara con una sonrisa forzada – Estoy bien.

- Eso espero.

Llegan al bosque y los chicos extienden una sábana en el suelo. Marina sonríe recordando la reconciliación con Harry. Entonces las chicas se ponen ha hablar.

- Sentimos cortar el rollo, pero... ¿nos ayudáis?

- Ni hablar DJ esto es cosa vuestra – le dice Marina a Zayn.

- Que vagas – dice Harry por lo bajo.

- Hazza, ¿has dicho algo? - pregunta Marina.

- No princesa – dice Harry rápidamente.

- Bueno esto ya está – dice Louis.

Todos se sientan en la sábana y empiezan a comer y a reír. Louis y Harry con su especie de bromance.

- Oye Hazza, ¿me estas poniendo los cuernos? - dice Marina haciéndose la indignada.

- No princesa, eso nunca. Sabes que. Dejo a Louis. No te enfades venga – dice mientras le da un beso en la mejilla.

- ¡¿Me reemplazas por ella?!

- Así es Lou. Supera lo – dice Marina con una sonrisa triunfante.

Todos se ponen a reír, pero de repente un grito de alegría de Harry los hace callar a todos, y se giran justo para ver como él sale corriendo detrás de un gatito pequeño que ha salido en dirección al bosque.